Un cura y una monja iban por el desierto montados en un camello. Luego de varios kilómetros el animal cayó muerto. Ahí los religiosos tomaron conciencia de sus propias muertes.
- Hermana ya que vamos a morir en este inhóspito lugar quiero pedirle un último favor. ¿Podría quitarse la ropa, ya que jamás he visto a una mujer desnuda?
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- Si padre con gusto pero debo confesarle que yo tampoco he visto aun hombre desnudo
- Pues yo también me desnudaré
el termino antes, ella asombrada miró el pedazo y dijo:
- Padre ¿qué es eso?
- Es el árbol de la vida, donde lo pongo engendro nueva vida
- ¡Que bien padre, póngaselo al camello a ver si resucita!
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Un hombre iba en un colectivo lleno este freno y el apoyo sin querer a una monjita. Esta le dijo de todo, el sonrojado se fue hacia el fondo del vehículo mirado por todos. Cuando el colectivo se vació el chofer le dijo al hombre:
- No se haga problema por lo que pasó, a esa monjota la conozco y sé que es una guacha. Yo le voy a dar la precisa para que pueda vengarse. ¿vio donde bajo? Bueno ahí está el convento, atrás hay un montecito donde todas las noches se encuentra con un cura distinto y se dan con tuti.
- ¿Y que es lo que puedo hacer yo?
- Muy fácil, tomarse revancha, disfrácese de cura y vaya mañana a la noche al montecito a dar una vueltita hasta que vea aparecer a la monja y ahí sabrá usted que hacer.
El tipo quedó chocho con la idea de la revancha y lo hizo. Se encontraron, él la franeleo, se tiraron al pasto y la monjita le pidió.
- Estoy indispuesta, te sería lo mismo por atrás.
- Si claro
cuando estaban en lo mejor el le murmuro
- ¿Sabes quien soy yo turrita? El tipo que requemaste ayer en el colectivo.
- Ah si, ¿y sabes quien soy yo?, soy el colectivero.
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Una monja le contó a la Madre Superiora que soñó toda la noche que la violaban entre varios hombres.
- Deberás rezar durante todo el día pero además tomarte una taza de vinagre.
- ¿Y con eso mi alma quedará libre de culpas?
- No, pero al menos te desaparecerá esa cara de satisfacción que te quedo.
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Dos monjitas caminaban de noche en una calle oscura. De pronto dos patoteros las detienen, las tiran al piso y empiezan a violarlas. Una de ellas exclamo:
- ¡Perdónalos Dios mío no saben lo que hacen!
- Ese será el tuyo, el mío sabe muy bien lo que hace!
El cura regresó a la capilla luego de unas horas y le preguntó al monaguillo si había alguna novedad.
- Si, en cuanto usted se fue Sor María recibió a cinco tipos en su cuarto, Sor Inés se encamo con tres hombres y media hora con cada uno y Sor Juana estuvo con dos jóvenes.
- Gracias por avisarme hijo, sino estas monjas de mierda dicen que estuvieron con menos hombres y no me dan toda la guita que me corresponde por manejarlas.
Un cura y una monja viejitos entraron sin darse cuenta a un cine donde daban tremendas películas pornográficas. Después de ver los film durante dos horas se encontraron con el acomodador a la salida.
- ¡Eh padre, hermana, pícaros, ¿se divirtieron?
- ¡Fue algo asqueroso, repugnante!
- ¿Entonces por que se quedaron dos horas viendo los films?
- ¡No nos podíamos ir, yo no encontraba mi bombacha y encima tenía enganchados los dientes postizos de mi compañero!
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Una vieja monjita subió al colectivo en un bastón, al moverse de un lado a otro hacía un ruido infernal contra los caños de los asientos y el piso. Un hombre sentado se molesto:
- ¡Hermana como rompe las bolas con el bastón, si le pusiera una goma en la punta no haría tanto ruido!
- Tienes razón hijo he cometido el mismo error de tu padre
- ¿Y que tiene que ver mi padre?
- ¡Que sí tu padre se hubiera puesto una goma en la punta vos no estarías acá rompiéndome las bolas, idiota!
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La monjita llamó al médico:
- Disculpe doctor ¿no sabe sí me olvide mi bombacha allí?
- No hermana aquí no
- ¡Ah, gracias entonces me la olvide en el dentista!
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